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156 Días
para el Jueves Lardero
En la esplendorosa mañana del Domingo de Ramos , 9 de abril de 2006, se celebró en la iglesia del Hospital, el esperado y tradicional pregón de nuestra Semana Santa. En un templo lleno a rebosar, con la presencia de las primeras autoridades locales y provinciales, se desgrano en poco más de una hora un pregón pronunciado por los hermanos del Evangelio Manuel Ángel Borrego Moreno, Antonio José Ortega Cáceres , Juan Manuel Campos Palomo y Manuel Alejandro Ortega Becerra. El presentador fue Manuel Ortega Cáceres (también hermano del Evangelio) que con sentidas palabras, dijo que era un pregón de cuatro generaciones de Evangelistas, que estaba pensado para divulgar y hacer llegar la forma de ver y sentir la Semana Santa de esta Corporación Bíblica. Los oradores que estaban en cuatro atriles adornados con paños de los colores de los mantos de las figuras y con el atributo de cada uno de ellos mantuvieron al público entre una mezcla de emoción y sorpresa durante toda la disertación, pues utilizaron varios recursos bastante originales y acertados desde el coro: una capilla de músicos componentes de las Escuadra Tabaco del Imperio Romano
(Interpretaron piezas como "Enriquetilla", "Recuerdo", "Batido", " La matraca") , cita del Evangelio de cada uno de los evangelistas para introducir los temas, y un puñado de corazones hermanos que cantaron saetas cuarteleras con gran sentimiento.
Dividieron el Pregón en cinco partes, prologada cada una por una cita evangélica : "Nuestra Semana Santa" (los gestos y la hermandad) "Iniciación a la Semana Santa " (día de la Cruz, la madre pontana, la Madre del Evangelio y el ímpetu juvenil), "El espacio manantero" (el cuartel) "Jesús Nazareno" (la fe y las figuras) y "Por quién" (los decanos).
En un cruce de diálogos llenos de profundas y cristianas reflexiones, de espíritu de amor y sabiduría generosamente repartida, fueron elevando las almas de los presentes hasta culminar en un final espléndido y emotivo en el que homenajearon a sus decanos que, en definitiva, fundían a todos los mayores de nuestra eterna tradición.
Al esplendor del conjunto contribuyó la impresionante presencia de la imagen del a Virgen de la Amargura junto a los pregoneros, y en la venerada presencia de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia que, desde su altar, bendijo a estos hermanos.
