• Crónica quinta subida al Calvario 2016

Crónica quinta subida al Calvario 2016

Con una mesa completa comenzaba la junta de Pan y peces para realizar lo ya sabido: la   visita a Jesús Nazareno, la 5ª subida al Calvario de esta nuestra Cuaresma pontana. Día de  multiplicación  según pasaje bíblico y así estaba el ambiente para poder  ampliar la primordial razón de la Semana Santa de Puente Genil: el fomento de la hermandad. Nos encontramos para ello los hermanos que conforman La Camarilla de la Amargura, algunos invitados ya conocidos y los propios hermanos evangelistas que esta noche pudieron asistir. Destacar sin desmerecer a nadie la presencia de nuestro hermano Antonio Rodríguez pues acudía por primera vez al encuentro con su corporación en esta Cuaresma, así como lo hermanos Guillén multiplicados por dos, un gran orgullo ver a los cuatro juntos y también los siempre queridos amigos de nuestro hermano Francisco R.G., asiduos en nuestro Cuartel.


Abrió las  intervenciones como es preceptivo  el hermano Presidente dando la bienvenida a todos y cada uno de los presentes y agradeciendo la aceptación que había tenido el grupo de La Camarilla al envite ofrecido por Los Evangelistas para compartir una noche cuaresmal con el propósito de ampliar la hermandad que nos profesamos en torno a nuestra Madre en común la Virgen de la Amargura. 


Se continuó con un recuerdo al recientemente fallecido Emilio Aguilar Montilla, manantero singular reconocido por varias Corporaciones y que solía visitarnos este 5º Sábado de cada Cuaresma y que desde su inocencia llena  de bondad y gratitud nos dirigía siempre unas fraternales palabras y sus saetas cuarteleras, demostrando el gran cariño y conocimiento que tenía de nuestra tradición. Realmente hemos sido, y continuaremos siendo pues su recuerdo perdurará, privilegiados al contar con su amistad y gran afecto. D.e.p. nuestro hermanito Emilio.


Entre saetas, cuarteleras y coreadas fue acercándose el momento de ir a la plaza del Calvario, y allí nos encaminamos haciendo el recorrido habitual con las paradas de rigor, siendo la primera en el Compás  del Coro donde se formó un amplio círculo donde se entrelazaron brazos y voces de ambos grupos para rezarle cantando a Nuestra Madre a las puertas de su Convento.

El encuentro con los Romanos del Imperio y su grupo de música cuyos sones enaltecen nuestro sentir manantero fue ya a la  altura de la calle Fernán Pérez, tercera parada, pues la anterior se realizó, como es tradición, a la altura de donde se ubicaba el antiguo Casinillo. 


De nuevo otro cántico coreado en la penúltima parada confluencia  de la calle mencionada y la Tintor. Y de nuevo,  como en cada estación, otro racimo de uvitas compartido. 


Parada a los pies del Calvario para encarar la subida fijando nuestra mirada en el iluminado pórtico de la ermita donde aguarda el Patrón y una vez allí, en su puerta, y a pesar del jolgorio que allí se establece por ajenos a nuestra tradición, le rezamos en grupo, entonando la Alondra, y de manera íntima a la vez. 


Cumplida la sacrosanta misión volvimos al cuartel bajando con los de y por la  de la Amargura hasta volver a reunirnos en la calle Santos pasando de "puntillas" por la ermita de la Veracruz.


Sentados de nuevo alrededor de la mesa  el  hermano Manolo Carmona le pasa el testigo presidencial al hermano Santos Morillo, Melli, para que él en calidad de presidente de La Camarilla otorgue entre sus hermanos allí presentes la lectura del evangelio,  bendición de la mesa y quitada de pata a nuestra vieja cuaresmera. Así establece que las dos primeras las realice el hermano Bueno, y la posterior el Cofrade Mayor de la Cofradía. Aprovecha este instante para agradecer la acogida recibida. 

Manolo Bueno desde su profunda fe cristiana nos dirigió unas evangélicas palabras haciéndonos reflexionar con él sobre la palabra de Dios. Antonio Baena, antes de esconder la quinta pata, nos transmitió un mensaje de unión para engrandecer aún más la Cofradía.


La noche fue concluyendo, cada uno cuando quiso, pero todos con la certeza de que había sido una jornada histórica, y con el compromiso entre ambos grupos de volver a repetir, pues la hermandad ha quedado multiplicada.


¡Viva Nuestra Señora de la Amargura!

¡Viva Los Evangelistas!


Crónica realizada por el hermano Antonio José Ortega Cáceres